Hans Christian Andersen

 

"La vida de cada hombre es un cuento de hadas..."

Hans Christian Andersen nació en Odense (capital de la isla de Fionia, en Dinamarca), el 2 de abril de 1805.
Su padre, de profesión zapatero, era un hombre inteligente y poético.
Su madre sabía poco del mundo y de la vida, pero su corazón estaba lleno de amor.
Su casa tenía una sola habitación, en la que estaba también el taller de zapatero, pero sus paredes estaban llenas de cuadros y encima del banco de trabajo de su padre había una repisa con libros y canciones.
El ambiente en el que se movía servía para alimentar su fantasía: su padre , los domingos, le hacía dibujos, teatro y figuritas que se transformaban. Entre otras obras también le leía La Biblia y Las Mil y Una Noches.
En casa también tenía muchos juguetes fabricados por su padre; pero, su gran placer consistía en coser vestidos para los muñecos, tender el delantal de su madre entre la pared y dos palos y convertirlo en un teatrillo.

Y el teatro se convirtió pronto en su lugar favorito, pero, como sólo muy de vez en cuando podía entrar, se hizo amigo del cartelero que le regalaba los carteles anunciadores y, Andersen imaginaba toda la comedia basándose en los dibujos del cartel: era un niño extraordinariamente soñador.

Cuando falleció su padre, la familia queda en la miseria. Su madre volvió a casarse con un joven artesano y, mientras, Andersen vivía alrededor de su máximo placer: reunir trapos que cortaba y cosía; actividad que su madre consideraba un buen ejercicio para llegar a ser sastre. Pero el joven quería ser actor, un deseo al que su madre se oponía.
La afición que tenía a la lectura, las numerosas escenas de teatro que se sabía, su preciosa voz, llamó la atención de las familias importantes de Odense, que le invitaban para ir a a sus casas y recitar.

El 5 de septiembre de 1819 se traslada a Copenhague, su primer paseo fue al teatro. El quería convertirse en cantante, en actor o ser poeta.
Las cosas no le resultaron fáciles.

Cuando el consejero Collin (considerado por Andersen como su segundo padre) y su familia decidieron ayudarle consiguiéndole una beca para estudiar, la vida de Andersen cambió. En 1828 acabó el bachillerato.
Empezó a escribir y sus obras tenían éxito, destacaba en la novela y en los libros de viajes. Todas ellas tenían un fuerte carácter autobiográfico.

El primer cuadernillo de cuentos apareció en 1835, pero fue en 1844 cuando se publicó la colección Cuentos nuevos, que consiguieron un éxito tal que Andersen consiguió un reconocimiento nacional e internacional.

Le gustaba mucho viajar y lo hizo por Europa ( Alemania, Suecia, Italia, España, Holanda, Francia,...) Asía y África.
En Alemania, sobre todo, gozaba de estima y aprecio entre los escritores e incluso algunas de sus obras aparecieron antes en lengua alemana que en la suya propia. Alemania era su segunda patria, allí tenía amigos, protectores y éxito, admiraba la cultura alemana.

Con la guerra de Slesvig, en 1864, entre Dinamarca y Alemania, Andersen sufrió mucho, ya que no pudo mostrarse indiferente, tuvo que distanciarse de los alemanes y, los horrores de la guerra repercutieron en su inspiración.

Andersen vino a España en 1861 y aquí sólo se habían traducido dos cuentos (La pequeña cerillera y Holger el danés), de tal modo que era un desconocido en nuestro país, lo que no le agradó y contribuyó a su poco favorable opinión de España y los españoles. Huyendo del frío de Madrid, Andersen se dirige a Burgos, lo recuerda en un capítulo de su libro "Viaje por España":

"...Arropados con prendas de invierno, con chanclas en los pies, luchando con nuestros tensos y grandes paraguas, tuvimos que andar hundidos en la nieve, para poder salir de la ciudad e ir, dando un rodeo, a ver el magnífico pórtico de Santa María, famoso por sus esculturas, o la antigua catedral"

Tenía una gran habilidad para leer los cuentos en voz alta y era solicitado por las familias de nobles y reyes.

Andersen en sus obras realza la belleza de la naturaleza; entre sus argumentos encontramos la lucha para superar el rechazo social, la superación personal, la perseverancia para alcanzar el éxito,...

El triunfo de Andersen se completó con el reconocimiento oficial: en 1866 es nombrado a título honorífico Consejero de Estado por el rey Christian VIII y en 1867 su ciudad natal le nombra hijo predilecto, distinción que él valora de forma especial: la ciudad de su pobreza infantil lo reconocía como uno de sus grandes hijos.

A pesar de que se enamoró de la cantante sueca Jenny Lind, y la admiró durante toda su vida, nunca se casó.

Murió el 4 de agosto de 1875, recibiendo todos los honores oficiales.

Su obra no pierde vigor, continúa leyéndose día a día con renovado interés. De sus más de 150 cuentos (La sirenita, El traje nuevo de emperador, El patito feo, Pulgarcita, La pequeña cerillera, El caracol y el rosal, La reina de las nieves....El soldadito de plomo,...) se hacen traducciones nuevas, se reeditan y saltan del papel a la pantalla, a la música, al escenario e incluso al medio virtual.

Adaptación basada en Cuentos completos.Hans Christian Andersen
Traducción y notas Enrique Bernárdez
Ed. Cátedra, 2005


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